My world has hope

¿Alguna vez habéis oído la historia del chico aquel que parecía que solo estaba totalmente lleno los días en los que iba con cierta persona?¿No?Bueno,entonces os la cuento.


Todo empezó un día,sin más,y avanzó y avanzó,superando todos los obstáculos que se ponían entre él y esa chica.Ella,más cerrada en el pasado a aquello nuevo que estaban viviendo,había terminado recibiendo con agrado esos nuevos sentimientos que ahora compartían,y comprendía lo importante y bonito que era vivirlo,pues uno nunca sabe cuándo va a enamorarse ni cuánto puede durar,por lo cual obviamente lo mejor que uno puede hacer es aprovecharlo al máximo y aprender todo lo posible de ello.Él,que ya desde hacía mucho tiempo creía con cada fibra de su ser en el amor,fue probablemente el impulsor de la relación,pues aunque alguna vez parecía que no iba a salir eso adelante,nunca se rindió e intentó hacerla entender que lo que tenían era único,y lo consiguió.Viven juntos muchísimas cosas,visitan lugares divertidos y bonitos,disfrutan los minutos juntos.

Sin embargo hay un pequeño problema,pues aunque se pueden ver mucho durante el verano,las vacaciones acaban,y tienen que verse menos.Durante los días de entre semana el chico está más desanimado,y poco a poco va animándose ya conforme se acerca el día de volver a sentir la mano de ella cogiéndole su propia mano,sus labios deslizándose desde su cuello hasta fundirse con los labios de él,sus brazos rodeándole por la cintura,su cuerpo encima del suyo...
Y entonces llega ese día,y vuelve a estar totalmente lleno,pues aunque cuando no están juntos él sabe que la quiere,no puede ver esa sonrisa tan perfecta que hace que se sienta la persona más afortunada del mundo por poder disfrutar de algo tan bonito como hacerla sonreír a ella,y además sentirse tan especial por ser la persona que sea capaz de hacer que sonría por amor,con una irracionalidad impresionante.

Te quiero,le dice el chico a la chica.