.

.

Desde que está en mi vida he empezado a apreciar de verdad lo que es estar vivo, a sentir curiosidad por el futuro que sé que nos aguarda y desear que llegue rápido, pues la idea de tenerla a mi lado cuando despierte cada día me parece tan maravillosa que me cuesta resignarme a esperar. Pero vamos, no es poco ni mucho menos lo que tengo, la tengo a ella cerquita y puedo verla cada día, puedo sentir su mirada sobre mí, su felicidad, su diversión, sus preocupaciones, sus cálidos y fuertes abrazos, sus besitos y esas sonrisas incontrolables que se le escapan a menudo mirándome. No sabía que se pudiera ser tan feliz, no sabía que la vida pudiera ser tan genial. Y aunque me pase cualquier cosa, aunque alguien me de por saco, cada segundo de cada día soy jodidamente feliz porque, joder, la amo y me ama, y no hay nada mejor que eso en todo el mundo.