My world has hope

Pues a veces, por motivos que escapan de mi comprensión, estoy bien o normalito al menos y otras veces me dan unos bajones horribles. Supongo que es normal, pero me desagrada mucho. Es ahora, cuando estoy bien, cuando más fácil me es aceptar todo, cuando mejor llevo la situación actual, cuando soy capaz incluso de sonreír pensando en que así estará mejor. Pero cuando me dan bajones es asqueroso. Soy la envidia personificada. Tampoco me parece raro teniendo en cuenta que aunque a veces la hiciera más caso y otras menos, siempre valoré y aprecié el pasar mi tiempo a su lado y el tenerla al otro lado del teléfono o del ordenador muchísimo. Soy una persona que a veces se queda muy absorta y de hecho me siento mal por las veces que me tiré demasiado tiempo jugando al LoL por ejemplo en vez de haber aprovechado y pasar más tiempo con ella. No sé, a veces con tener a esa persona a mi lado me basta para sentirme contento, en paz con el universo. Pero aun así debería mejorar ese aspecto de mí, la verdad. Y dios, cómo la quería, o mejor dicho, cómo la quiero. Aunque empieza a cambiar, un poco, el sentimiento que tengo hacia ella pues poco a poco voy asimilando más y más lo que hay entre nosotros e intento moldear mi amor y transformarlo en cariño de amigos, de manera que siga importándome su vida pero sin afectarme a mí para mal por no ser correspondido como algo más. De hecho creo que suelo lograr bastante bien eso, simplemente de vez en cuando me pongo cual adolescente abandonada y con la regla y meh, parece que se me viene el mundo encima. Es duro pensar en que sus labios no rozan los míos, si no los de otro. Que lo que hace tiempo tanto me dolía siquiera pensar se había vuelto realidad casi de la noche a la mañana. Es duro pensar que aunque aún viva el recuerdo de mí en ella, esa página ha sido pasada y está en un nuevo capítulo de su vida mientras que yo, solo, espero pacientemente a salir de él. Tengo miedo de que llegue una buena chica para mí y no haber sido capaz de dejar ésto aún en el pasado, de dejar pasar una buena oportunidad por ser yo un imbécil redomado. También tengo miedo de mí mismo y de mis fallos, pues hacía tiempo que no me veía tan mal a mí mismo y me pongo nervioso solo de pensar en qué podría no gustarle de mí a alguien que me interesase. Pero como la mayoría de las cosas, de nada sirve pensar en esto. Son vueltas innecesarias que no ayudan a nada, pues cuando pase pasará y ea, no me habrá servido de absolutamente nada pensar en ello ahora cuando llegue el momento.