My world has hope

La encontró, por casualidad, andando por la calle. Sus miradas se cruzaron, y él sintió una explosión de cosas en su interior. El recuerdo de los días pasados, en los que él tanto había disfrutado. Cómo pasaban el tiempo juntos, cómo hablaban, la confianza que tenían. Recordó el amor que una vez sintieron. Recordó los besos, y recordó que debió haberle dado más. Y recordó que aunque para él fue genial, una experiencia que le llenaba, para ella no había sido lo mismo. Empezó a preguntarse si ella al verle lo que recordaría serían las discusiones, los enfados infantiles, las quejas por nimiedades, el tener que intentar reprimirse a sí misma para no molestar y haber cambiado a causa de lo mal que eso podía hacerla sentir. Ojalá recordase los buenos momentos. Aunque él suponía que lo malo la marcó más. No pudo sostener más la mirada, no podía contemplar sus ojos sabiendo lo que él había supuesto para ella, no sin echar a llorar por la carga que llevaba consigo. Prosiguió su camino deseando de todo corazón que alguien pudiera arreglar el caos que había causado.