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165 días juntos

Posted by WhatTheFuck On 3:13 0 furcias han comentado

Iba andando tranquilamente por Gran Vía,aunque tal vez no debía.Había quedado con una chica,aunque realmente no tenía yo demasiadas ganas.Para colmo,me había dejado el móvil en casa.Si es que soy un desastre,madre mía.¿Cómo iba yo ahora a saber qué hora era?Bueno,daba igual,podía preguntarle a alguien.Así que nada,andé un poco y vi una chica subiendo la calle.

-Ehm oye,¿me puedes decir la hora?

Cuando me paré a mirarla más de cerca,se me vino el mundo encima.Llevaba unos cascos grandes muy chulos en el cuello.Vestía unos vaqueros azules ajustados y una camiseta que ponía Oscar the grouch.Me llamó la atención,ya que ese era mi nombre.Si de verdad existía el destino,eso era una señal.Sus brazos,delgaditos,se extendían medio hacia delante,mientras miraba la hora.Desembocaban en dos extremidades finas y con aparentemente suaves.Me preguntaba qué se sentiría al coger esas manos.Seguí subiendo,hasta su cuello,donde se apreciaban varios collares,y un cuello que seguro que a más de uno le gustaría poder tocar,besar o morder,y yo era una de esas personas.Aunque,mierda,¿por qué pensaba eso?Bueno,igualmente seguí observándola.Sus labios,finos,preciosos,se movían mientras una amplia sonrisa iluminaba su alegre rostro.Dios,menuda sonrisa,cualquiera que viese esa sonrisa seguro que se quedaría hechizado por ella.Sus ojos me miraban,entre divertidos y extrañados,como aguardando a algo. Su pelo castaño era algo genial también.El flequillo lo tenía liso,mientras que por los lados caían dos trenzas.Me fijé en su cintura,en lo genial que sería acercarme a ella y rodearla por la cintura con mis brazos.Por desgracia,la racionalidad me lo impedía,pues no era nada normal hacer eso de repente,supongo.

-¿Pasa algo?-dijo de repente ella,que por cierto,resulta que su voz era jodidamente preciosa,con un tono dulce muy bonito.
-¿Cómo?Ah,no,no.Simplemente quería la hora.
-Pero...ya te la he dicho.

¿Qué?Mierda,no la había oído.¿De verdad me lo había dicho?Oh,joder,debía de estar muy empanado.

-Mierda...¿puedes repetírmela?
-Claro.-dijo entre risas,y volvió a mirar el reloj,pues había olvidado ya la hora.-Son las siete y diez de la tarde.
-Gracias.

Llegaba 10 minutos tarde,la chica me iba a matar.Pero yo no me podía quitar de la cabeza a la otra chica.¿Cómo se llamaría?Ni siquiera le había preguntado el nombre.Me di la vuelta y la vi andar lentamente.Me quedé parado,mirándola.Mi lado impulsivo,al final ganó.

-¡Eh,espera!.-iba andando rápido hacia ella,y cuando llegué a su lado,cogí su mano.De pronto me estremecí entero.Mi tripa parecía que fuese a explotar.Nervios...¿por qué?Hacía tiempo que mi timidez había desaparecido,¿por qué ahora notaba ese cosquilleo en la tripa?¿Por qué parecía que mi corazón se me fuese a salir por la boca?Sentía como la emoción subía por mi garganta,hasta casi ponerme histérico.-No me has dicho tu nombre.-volvió a sonreír.
-Yo me llamo Elena,¿y tú?
-Elena,¿tú crees en el destino?-pareció extrañarse ante tal pregunta.
-¿Qué?Pues no sé,supongo que no,no lo he pensado en realidad.
-Pues yo tampoco estoy seguro,pero me parece que quiero creer en él.Llevas mi nombre en tu camiseta.
-¿Te llamas Oscar?.-asentí.Ella seguía sonriendo.-Vaya,¿y por qué quieres creer en el destino?
-Bueno,es que resulta que quiero ir a un sitio,pero necesito tu ayuda.
-¿Por?-dijo extrañada.-¿A qué sitio tienes que ir?
-Pues realmente a cualquiera,pero contigo.

Ambos nos quedamos callados.Yo no sabía qué decir,simplemente esperaba a que ella dijese algo,y supuse que ella no se esperaba esa respuesta,y tampoco sabía qué decir.Sonreía nerviosa, y me di cuenta de que yo también sonreía,y era raro,porque no solía sonreír mucho.Al final hablé yo primero.

-Bueno,si no quieres...
-No,espera.-me miraba a los ojos.Noté algo intenso en su mirada,no sabría definirlo.-Yo...¿por qué tengo que ser yo?-se medio ruborizó.
-Porque tienes la sonrisa más bonita que he visto nunca.-dios,a pesar de los nervios,podía decir yo cosas como esas,era increíble,pero claro,estaba casi temblando.-Además,mira.-dije señalando a mis labios.-Yo no suelo sonreír,y no sé por qué,pero estoy sonriendo mientras hablo contigo. Supuestamente yo había quedado hace...hace un cuarto de hora o así,pero no me apetecía realmente.Y no sé,cuando te pregunté la hora y andé un poco,noté que quería estar contigo,y volví.No sé,si no tienes nada que hacer,pues...
-Yo ya he quedado.-mi gesto debió de tornarse triste ante tal respuesta,y sentí algo así como decepción.Pero entonces siguió hablando.-Pero...¿sabes qué?Yo también prefiero estar contigo.

Mi rostro debió de iluminarse,e instintivamente,volví a coger su mano.Esta vez ella también cogió mi mano con fuerza,y así bajamos por Gran Vía,juntos.Acordamos ir al Retiro,así que fuimos al metro.Unas de las escaleras mecánicas las bajamos un cacho andand.

-Odio a las parejitas de las escaleras mecánicas.-dijo mirando a una parejita de más arriba a la que habíamos tenido que esquivar para seguir bajando.
-Yo un poco también,pero más bien por envidia.Pronto se me va a pasar.
-¿Por?

No respondí,me limité a sonreír.En las siguientes escaleras mecánicas,no andamos.Aún íbamos de la mano.Estiré un poco de ella para que bajase al escalón en el que estaba yo y la traje hacia mí,así nos dimos nuestro primer abrazo.

-Ahora tú y yo somos una parejita de esas que odiamos.

Noté cómo se agarraba a mi espalda con fuerza,y se le escapó una pequeña risita nerviosa.Yo por mi parte estaba emocionado y nervioso.Pero empezaba a sospechar que eso que sentía en la tripa no era solamente los nervios.Le di un beso en el cuello,y al poco se separó un poco de mí,pero seguíamos con los brazos rodeándonos.

-¿Sabes que eres muy mono?-mientras decía esto se acercó muchísimo a mis labios.Nos mirábamos a los ojos,pero a veces sus ojos bajaban a mis labios,y cuando lo hacía,yo también miraba a sus labios.Era casi irresistible el besarlos,pero no lo hice,tenía miedo de hacerlo,no sé por qué.-Gracias por haber vuelto después de decirte la hora.-y entonces me dio un beso en la mejilla,un beso que rozó mis labios.

Noté cómo mis mejillas se ruborizaban,y por desgracia,ya se terminaban las escaleras mecánicas. La verdad es que no supe qué decir a eso,así que me quedé mirándola sonriendo como un idiota. Ya llegamos al metro,y estuvimos hablando un poco.Me contó que le encantaba el color azul,el monstruo de las galletas,el chocolate,la pasta...Yo también le dije gustos míos,y le conté que me gustaba escribir.Ella me dijo que a ella le gustaba mucho dibujar.Cuando ya llegó el metro nos subimos.

-Me encanta ir en metro,no sé por qué.-dije.Al igual que me gusta mucho el barullo de las ciudades.Es irónico,ese tipo de estrés me relaja.

Salimos del metro,fuimos cogidos de la cintura.No sé por qué,pero a pesar de apenas conocerla y todo eso,me salía natural cogerla así con tanta confianza.Además,lo que sentía al estar tan cerca de ella era sencillamente genial.

-¿Sabes?Conozco un sitio genial aquí,siempre quiero venir con alguien,pero...la verdad es que nadie era lo suficientemente especial como para ir.
-¿Y yo sí?-su mirada me respondió,estaba claro que sí.-Vaya...eres increíblemente increíble.
-¿Sí?Yo pensaba eso mismo de ti.Dios nos cría y nosotros nos juntamos,¿no?

Andamos un poco hasta llegar al lugar que ella decía.Era una especie de montañita,con un caminillo hacia la parte de arriba.Ya empezaba a oscurecer,y ese lugar se veía más bonito de lo que debía ser de día aún.Había dos pequeñas cataratas.Subimos hasta arriba,donde había una especie de cúpula.

-Ven.-dije subiéndome a la cúpula.

Se veía,a un lado,el Retiro,y al otro,fuera del parque,la carretera,con todos los coches pasando y pitando de vez en cuando.A pesar del ruido,se respiraba tranquilidad en aquel lugar.

-Me encanta el contraste entre el lado tranquilo y el ruidoso.-dije.
-A mí...me encanta estar en este lugar,pero...me encanta porque estás tú conmigo.

Estábamos sentados,y la miré.A mí también me encantaba estar con ella,ahí o en cualquier lugar.
No pude evitarlo,no pude resistirme más.La cogí por la cintura y la recosté de lado,yo me tumbé de lado junto a ella.Besé su cuello.No podría definir a qué olía ella,pero me encantaba.Nos abrazamos,y entrelazamos nuestras piernas.Se acercó,parecía que fuese a besarme.Sin embargo rozó su nariz con la mía,y ahí se quedó.Podía sentir su respiración.

-Bésame.-dijo en voz baja.Y,con voz aún más baja,siguió:-Y no pares nunca.

La besé,o ella a mí,o ambos a la vez,no sé,pero nos besamos.Con toda la pasión y dulzura del mundo.Como si nos conocieramos,bueno,en verdad más o menos empezábamos a conocernos. Como si nos quisieramos...bueno esto,desde luego,que sí pasaba.Nos queríamos,con toda nuestra alma,nuestro corazón...Sí,no había duda,estábamos enamorados,y así iba a ser mucho tiempo,tal vez incluso para siempre.No me daba miedo pasar el futuro con una sola persona,no si era ella. No le temía a nada,no si estaba a mi lado.Cuando,después de quién sabe cuánto,paramos,me dijo:

-Vaya,te dije que no parases.
-Perdona,es que sino no podía decirte algo.-me acerqué a su oído.-Te quiero,pequeña desconocida de Gran Vía,te quiero con tan solo un par de horas juntos,te quiero más que a nadie, más de lo que he llegado a querer a alguien.Y...tu mirada y tu sonrisa parecen decir algo parecido a lo mío.
-¿Eso dicen?Vaya,pues entonces no mienten.-dijo mientras me abrazaba con fuerza apoyada en mi peco.-Nunca digo te quiero,nunca.-hizo una pequeña pausa.-Te quiero.¿Por qué me miras así?Ah,olvidé decirlo que no lo digo,porque no quiero de verdad,o no en este sentido mejor dicho. Sin embargo,puedo decírtelo con total sinceridad,y de hecho lo seguiré diciendo.Si tú quieres que siga diciéndolo,claro.-añadió.
-¿Y si quiero que nunca dejes de hacerlo?
-¿Y si te digo que no quiero tener que dejar de hacerlo nunca?No perdemos nada por intentar que así sea.De hecho creo que vamos a ganar mucho.

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