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¡Ya estoy en casa!

Posted by WhatTheFuck On 7:46 0 furcias han comentado

Se encontraba preparando una merienda para cuando llegase su novia de la universidad. Había estado trabajando ayudando a personas con leves trastornos psicologicos y, algunos, con ciertas deficiencias mentales.A veces resultaba algo agotador pero era agradable la sensación de poder ayudar a la gente. Nada más llegar al piso había cruzado la puerta de ébano,atravesado el pasillo que comunicaba todo el hogar hasta llegar al cuarto para cambiarse. Cogió un pijama de cuadros azules y se lo puso,para estar cómodo. Se tiró sobre la cama con el edredón de la bandera de inglaterra para estirarse un poco,a la vez que observaba una inscripción en el techo que decía "Home is where the heart is", al igual que un tatuaje que él mismo tenía en el pecho.Esa era su casa,pero su hogar podía estar ahí o en cualquier lado mientras estuviera con ella, la mejor persona del mundo, al menos para él. Sabía con certeza que su presente era todo lo que podía desear, era el resultado de una búsqueda de la felicidad concluída con éxito. Había llegado en menos de la mitad de su esperanza de vida a encontrar y conservar algo que todo el mundo busca. La vida le enseñó que no arriesgarse por miedo a no conseguir algo es como suicidarse por miedo a poder morir. Después de arrepentirse una y otra vez siendo más joven de desperdiciar oportunidades llegó a un punto en el que decidió que, como mínimo, intentaría lo que estuviera en su mano para conseguir lo que más ansiaba en el mundo: el amor. No volvería a arrepentirse pensando si hubiera podido haber algo entre otra persona y él pues él haría lo que tenía que hacer.Y así hizo cuando apareció la persona idónea en su vida.Había bastantes obstáculos, más de los que mucha gente se habría atrevido a enfrentar, y sin embargo el destino o tal vez simplemente las sonrisas que ambos se profesaban hizo que sus vidas cambiaran para siempre. Desde aquel maravilloso e inesperado día de febrero, alguien encontró lo que deseaba, otra persona descubrió que existía el amor y ambos pudieron ser felices. A la vez que vulnerables al dolor causado por ellos mismos se hicieron más fuertes ante todo lo demás. Por suerte, su amor era tan grande que pese a improvistos y baches en el camino, los iban superando de la mano. Confiaban el uno en el otro, y eso les hacía más fuertes. Y poco a poco habían llegado hasta el punto de vivir juntos,no en un lugar muy grande por el momento,pero en su propio hogar,de nadie más.Tal vez algún día un pequeño renacuajo tocapelotas habitase entre ellos en el futuro,un ser llamado "hijo",pero todaviá se sentían jóvenes como para tomar tal decisión. Por ahora estaba su hogar y ellos dos.Con su baño,su salón,su cocina perfectamente equipada y su precioso cuarto con un balcón con vistas a un parque. La casa estaba llena de dibujos echos por la novia por todas partes,aparte de fotos y posters pegador por aquí y por allá. Él rió al contemplar una foto de poco después de conocerse, cuando aún sentía miedo porque no estaba seguro de si la cosa no saldría mal para él. "Qué idiota,mira que dudar de ello" pensó mientras reía de lo seguro que se sentía desde hacía mucho tiempo.Fue entonces cuando fue a la cocina,a preparar la merienda, como ya os conté al principio.Más que merienda podría decir que iba a ser una merienda-cena. Con jamón, varios tipos de queso y alguna cosilla más que picar. Esperaba con ganas a que su novia llegara para abrazarla como bienvenida.Quedaban menos de 5 minutos para su llegada.Preparó la mesa,puso un par de velas y encendió el incienso favorito de ella.A él no es que el incienso le agradase pero, con el tiempo, se había acostumbrado a su olor y ya no le resultaba molesto."Diiin-dooong" sonó el timbre.El chico se apresuró a la puerta,y en cuanto la abrió,pudo oir a su novia decir "¡Ya estoy en casa!" un segundo antes de que él se abalanzara sobre ella a abrazarla y achucharla.La invitó a entrar y juntos, disfrutaron de una merienda-cena compartiendo los momentos del día más graciosos y curiosos.Y de este modo, aunque tal vez en distintos lugares con el paso de tiempo, fue avanzando su vida. Tal vez existieran los momentos malos, pero las sonrisas infinitas y los reconfortables abrazos que significaban tanto como un "te quiero" valían tanto y más como cualquiera de esas discusiones que pudieran tener.

"El amor puede con todo,hasta con las mentes que no creen en él",pensaban ambos.

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