My world has hope

Iban corriendo por Piccadilly,sin mirar atrás.Acababan de hacer un "sinpa" en un romántico restaurante,el Ritz restaurant.Habían pasado una fantástica velada.No es que la comida fuese lo mejor ni nada por el estilo,pero estar juntos disfrutando Londres era una agradable experiencia.Hacía tiempo que ambos deseaban cumplir aquello que parecía un lejano sueño y ahora ahí estaban,corriendo por Picadilly hacia Green Park tras salir corriendo después de una bonita cena.Tuvieron suerte,pues a su izquierda ya se encontraba Green Park. Tan solo corrieron un par de minutos o tres más y empezaron a frenar.El paisaje allí era mavarilloso.Estaban rodeados de cesped,flores,árboles y bancos.Bajo la suave luz de la luna que se filtraba a través de las nubes el paisaje conseguía ser aún más bonito que de costumbre.Poco a poco la respiración de ambos se fue calmando,se relajaron.Decidieron caminar un poco más y entonces,se tumbaron en el cesped.Se sentían más libres que nunca.

-Jamás olvidaré todo esto.-Empezó a decir la chica.-Nunca antes me había gustado pasar tantas horas con alguien,nunca me había divertido tanto tiempo con la misma persona.Eres increíble.

-Y tú muy,muy especial.-Respondió él.No estaba seguro del todo de cómo
empezar,pero continuó.-Haces que me sienta seguro,aunque sé que algún día esa seguridad pueda serme arrebatada.Haces que sea feliz,a pesar de que pueda no durar para siempre.Haces que sonría cuando pienso en ti,pero no con una sonrisa cualquiera,una sonrisa estúpida que no podría explicar.

Ella sonrió y le abrazó con fuerza.Estaba un poco roja,aunque al chico no le dio tiempo a apreciarlo pues le abrazó tan rápido que no pudo ver como su cara se iluminaba con ese tono rojo que tanto le gustaba hacer que apareciese.Reinó el silencio un rato,escucharon el sonido del silencio,se relajaron completamente.Eran capaces de oir sus latidos,sentir como tomaban aire y después este llegaba a través de sus bocas hasta el cuello del otro.Entonces el chico rompió el silencio.

-¿Eres feliz?-Preguntó él,aunque tenía claro la respuesta.

-Claro que sí.No eres el único que sonríe como un idiota,¿ves?-Estaba sonriendo de oreja a oreja, esa sonrisa que tanto le gustaba al chico.-Tú también lo eres,¿verdad?

-Por supuesto,más que nunca.Es increíble cómo una persona en tan solo un par de días puede hacer que las cosas cambien tanto,conseguir hacer feliz a alguien,hacer brotar sentimientos capaces de hacer que quién los siente haga locuras,¿no crees?-Hablaba con emoción,con entusiasmo,pero sobretodo,con felicidad.-No sabes la cantidad de locuras que yo haría por ti,mi pequeña ñoña.

-Quién sabe,¡tal vez yo haría más locuras que tú!-Se puso encima de él.-Oye...sé que es raro que yo pregunte esto,pero bueno,es simple curiosidad,ya sabes.Nosotros...¿qué somos?

-Vaya,es increíble que tú preguntes algo así.¿De verdad quieres saberlo?-Después de que ella asintiese,él continuó.-Somos todo lo que dos personas que sienten lo que sentimos podrían ser.
Tal vez no tengamos un nombre en concreto,pero tenemos claro lo que sentimos y eso es lo que más necesitamos.Ambos sabemos lo que ocurre más fácilmente cuando la relación tiene un nombre concreto.

Se acercó al oído de la chica y susurró algo inaudible.Ella,entonces,hizo lo mismo,y ambos,ruborizados,empezaron a besarse con dulzura y pasión a la vez.

Muchas horas más tarde asomaban los primeros rayos de sol.Ellos seguían hablando,seguían sonriendo.