No quedaba demasiado de él aparte de ilusiones rotas y esperanzas perdidas.Lo poco que quedaba de alegría y algunas otras cosas buenas iba desapareciendo rápidamente.Apostó todo en el más peligroso juego de azar,y perdió.Siguió y siguió jugando,pues una vez empiezas no has de parar,y es demasiado difícil mantener la victoria constantemente.Entonces,un día,perdió.Aún le quedaba algo que apostar,pero,¿quién podría aceptar el juego?¿Acaso podría él mismo arriesgarse?La desesperación a veces le consumía,y los días carecían ya de importancia.Solo quedaba resignarse y esperar.
Fue tiempo después cuando encontró a una posible jugadora.Inteligente,ingeniosa,interesante...Sabría jugar bien,eso seguro.¿Pero querría ella?Él ya sabía que,por su parte,estaría bien.Ella,por el contrario,no parecía estar de acuerdo,pues no daba señal alguna de lo que quería."Al menos - pensaba él - me queda oír su dulce voz por teléfono."Los días pasaban,y por fin ocurrió el encuentro.Ya al final del día,no mucho antes de la despedida,ella decidió jugar,y ambos pusieron todo en juego.Él,a pesar de saber lo que podría ocurrir,volvió a arriesgarse,pues una vez has jugado,o al menos eso le pasó a él,no puedes ser feliz de otra manera.Así es como es ahora:feliz.Siguen en ese arriesgado juego,"luchando" por ganar y no dejar que ninguna de las posibilidades existentes arruinen su racha.
Te amo,cosita mosna.
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